lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Qué ocurre con las series españolas?

Ya hablé en su momento de los males de las series españolas (ver aquí) y septiembre no ha echo más que afianzar mi tesis acerca de que la atención que se dedica a las series españolas es prácticamente nula. Yo, sin ir más lejos, he estado muy metida con las extranjeras, principalmente americas y asiáticas, dejando de lado a las nacionales. Pero no me resigno a no dedicarles algo de mi tiempo y por eso, surge esta entrada para resumir qué ha ocurrido con ellas.


Los series diarias Somos cómplices y Los existoso Pells fueron canceladas al poco tiempo de sus estrenos debido a la poca aceptación de los televidentes. No conseguí ver ninguna de las dos por dos motivos fundamentales: uno, el horario de emisión de tarde y dos, el poco atractivo que me despertaban. Por lo que no puedo criticarlas, si bien he leído que la primera, a pesar de tener un buen presupuesto, tenía tramas poco creíbles y la segunda, unos guiones nada convincentes.

Otro estreno poco afortunado ha sido 90-60-90 Diario de un adolescente. Se ha ido desinflando poco a poco. La idea central de la historia está bien: contar la relación de un adulto con una adolescente rodeados del mundo de la moda. Pero no han conseguido plasmarla de una forma creíble. Ella no consigue convencerme y él lo intenta, sin lograr muchos resultados. Es una serie simple y llana, que destaca por lo poco que transmiten todos los personajes. Vamos, que ví el primer capítulo y no logró engancharme.



Fibrilando, por su parte, sigue la misma estela que Camera Cafe. A pesar de estar en un nuevo escenario, las bromas y guiños siguen siendo los mismos, por lo que me cansa. Los sketches que he visto giran alrededor de ridiculizar a la sanidad española, algo fácil y demasiado repetitivo. Vamos, que tampoco me despierta ningún interés. Si lo veo, bien y si no, también.


Más éxito parece que están teniendo La Señora y Sin tetas no hay paraíso. La ausencia del Duque no está mermando esta tercera temporada y los seguidores de Cata, Jessi y el resto siguen viendo como la vida sigue y nacen nuevos problemas. No ví las anteriores temporadas, por lo que está tampoco la estoy siguiendo y es que coincide el domingo con Doctor Mateo. Actualmente es la única serie española que sigo con cierta asiduidad. No es la mejor, ni pretende serlo. Es una serie amable y simpática que me entretiene los domingos por la noche mientras te preparas mentalmente para empezar una nueva semana. La relación entre los protagonistas no me termina de llegar, pero adoro los secundarios, especialmente Arturo (Alex O'Dogherty, que consigue hacerme olvidar de su papel de duro en Camera Cafe). En conclusión, una buena serie, entretenida y que te roba alguna sonrisa.

Mañana y el miércoles llegará Física o Química, intentado torear al telefilm de Paquirri. Seguirá habiendo sexo, amor y problemas, es decir, más de lo mismo. Veremos si consigue hacerse un hueco en la parrilla, aunque intuyo que sí logrando los mismos resultados que en las pasadas temporadas.

Y poco más que contar. Esperaremos la vuelta de otras series como El internado u Hospital Central o los estrenos de De repente, los Gómez para ver si alguna logra destacar por encima del resto. Aunque me da a mí la nariz que viviremos un duro invierno para las series españolas.

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