miércoles, 2 de marzo de 2011

No todo es cara o cruz

(OjO. Spoilers hasta el 3x15 de Fringe)

Las cosas no son blancas ni negras. No todo es cara o cruz. Estas conclusiones son las que nos ha dejado claro Fringe en lo que llevamos de segunda parte de la tercera temporada. Una de las cuestiones de esta temporada, además de la propia Olivia, cada vez más inconmensurable, es la lucha entre over here y over there en el que la pieza clave es Peter. Si cuando descubrimos en la segunda temporada cómo era ese universo alternativo, muchos lo calificamos como el malo (yo la primera) quizás influenciados por esa imagen altiva y arrogante de Walternate,  tras lo visto en la tercera y especialmente, en el último capítulo emitido hasta ahora, las -mis- dudas empiezan a aflorar. Walternate se niega a que hagan pruebas con los niños quizás como límite moral o quizás por la pérdida de Peter. Para superar el rapto de Peter, Walternate se da a la bebida y su matrimonio hace aguas. La desesperación hace mella pero ello cambia cuando tiene un motivo para seguir viviendo, para seguir buscando porque una niña venida de algún otro sitio  le ha dado la pista del paradero de su hijo. Si a Walter le perdonamos todo argumentando que era producto de la desesperación por la pérdida de su hijo, ¿por qué no perdonar por la misma razón a Walternate? No, porque en el fondo, Walternate y Walter son muy diferentes o al menos el suceso Peter ha provocado grandes diferencias. En over here se plentean que tiene que haber otra manera, que la teoría a cerca de que sólo uno de los mundos puede sobrevivir de los observadores, de los First people, Sam Weiss no tiene porque cumplirse. Mientras en el universo azul tiene que haber otra manera - frase repetida en muchas ocasiones y en el 3x15 también-, en el universo rojo, ni se lo plantean. Sólo el simple hecho de querer salvar ambos mundos o destruir el otro por venganza ya dice mucho.


Si decíamos que la clave era Peter, irremediablemente la tenemos que extender a Olivia y a Olivianate. Porque Peter no es sólo Peter. Es Peter y sus sentimientos hacia Olivia. En el último capítulo visto, descubrimos ese primer encuentro que todos deseabamos saber cómo era. Esa primera mirada, esa primera conversación. Peter y Olivia se encuentran en un momento en el que sienten que otro sitio es su hogar y es eso lo que les convierten en almas gemelas que se entienden, se comprenden y se complementan. Peter asume que ya no volverá al lugar que él conoce. Quizás ha encontrado una motivo para quedarse porque la seductora Olivia Dunham te seduce según Walter. Si Olivia fue el motivo para volver, ¿por qué no puede ser el mismo para quedarse de niño? Lo que ya no queda tan claro es porque se olvidan el uno del otro. ¿Qué acontecimientos desconocemos? Volviendo ya a la actualidad, la relación entre ellos también ha evolucionado mucho. Tras el regreso de Olivia, las cosas no funcionan porque ella desconfía de los verdaderos sentimientos de Peter. No obstante, poco a poco Olivia empieza a ver las cosas desde un punto de vista diferente especialmente porque empieza a pensar cómo se siente Peter. Aunque Walter intenta hacer de celestino (¡qué mono!), es el matrimonio del caso que están investigando la mecha para que Olivia coja el toro por los cuernos y decida besar y algo más a Peter. Sin embargo, en toda esta historia falta un elemento: el embarazo de Olivianate. No sólo afectará a la relación entre Peter y Olivia, sino incluso a la guerra entre los dos universos.


Por otro lado, si hay un lugar importante en Fringe ese es Jacksonville. Ya lo vimos en la temporada pasada, cuando Olivia empieza a conectar con el otro universo y descubre que Peter no es de este universo y es en el capítulo de esta temporada (ambos son además el capítulo 15), cuando volvemos a este lugar, si bien hace 26 años para explicarnos o mejor dicho dejarnos con más dudas porque hay cosas que han cambiado. Si desde el principio habíamos creído que Walter era un aprensivo por utilizar a los niños para crear supersoldados, estabamos equivocados, o al menos en parte porque Walter está trabajando para intentar devolver a Peter a su mundo. Tal vez el origen fuese ese, pero la situación de Peter provocó un cambio de planes. Lo que está claro es que Walter no era ese monstruo que trataba a los niños como ratas de laboratorio, sino que los protegía, jugaba con ellos, reía... Una vez más, las cosas no son blancas ni negras.



Fringe ha construído su propio universo con sus propias características y detalles y cada vez más descubrimos que esos pequeños detalles tienen vida y se relacionan: los tulipanes, los observadores... y los sentimientos.  Cada vez estoy más maravillada ante el espectáculo que nos da la serie (y eso que pensé en algún momento que no se podría superar). Es una serie sobre la ciencia donde el corazón siempre prevalece sobre la cabeza. Los sentimientos son los verdaderos artífices en todos los experimentos tanto los hechos en Jacksonville como los que hace el hombre de la bolera como los sufridos por Olivia a lo largo de todas estas tres temporadas. Recordemos que uno de los primeros se basaba en su amor hacia  John, aunque cuando es pequeña sólo el miedo puede provocar que ella viaje a over there, ya que el resto de emociones que provoca Walter no causa ningún efecto. No es la clásica serie de ciencia ficción en la que los trucos salen porque sí. Vale, aquí también, pero todos ellos tienen una base común, una base sentimental. Cada vez más sabemos sobre los sentimientos de los personajes y podemos empatizar o no con ellos. Si bien como he dicho antes, los hechos han ido variando en los últimos capítulos. No todo es blanco o negro. No obstante, aunque tenga dudas, en caso de que tuviese que elegir un universo y por tanto unos personajes, tengo claro que elegiría el azul porque los sentimientos que han nacido en estas tres temporadas son muy fuertes. Sin embargo, yo sigo confiando en que no tiene que ser cara o cruz o como se dice en fringeniano: "tiene que haber otra manera". 


Eso es lo que nos queda saber en esta recta final de temporada, cómo se producirá esa manera -si es que existe-. De momento nos queda esperar una semana más ya que se nos marcha una semana de vacaciones, una semana que me sirve para reflexionar todo lo que ha sucedido en los últimos capítulos y la trasendencia de todos esos detalles y nuevos acontecimientos porque todas las ideas que revoloteaban en mi cabeza han ido variado. ¡Qué ganas de ver el final!

NOTA: Su cambio al viernes hacía presagiar lo peor y a excepción de un capítulo en el que las alarmas volvieron a sonar (3x13), el resto de capítulos ha ido obteniendo un rating aceptable, aunque no nos engañemos porque el peligro de lo innombrable sigue existiendo, pero lo que más me preocupa no es tanto esto, sino si ocurre cómo lo finalizaran y más pensando en que los guionistas tienen ideas para cuatro temporadas más (siete en total).

4 comentarios:

satrian dijo...

Siempre tienden en Fringe a que la mayoría de los personajes tengan una parte con la que podamos empatizar y otra a la que poner reparos, aunque los etiquetemos de buenos o malos, los dejan en una zona gris.

Un telespectador más dijo...

Gran entrada en la que comparto todo lo expuesto por ti...qué grande está siendo esta tercera temporada, sin duda la mejor de la serie. Yo antes no es que fuese especialmente fan, pero ahora es la que más espero cada semana sin duda.

Me pasaba algo así con Olivia, a la que no le tenía un cariño especial hasta ahora, donde por fin he conectado con ella tras todo lo que ha pasado, y ahora la amo profundamente.

OMG! No sabía que tenían en mente 7 temporadas! Yo que ya no veo por donde pueden tirar después de intentar mantener los dos mundos (o destruir uno, cosa que no veo factible que suceda).

Saludos!

buffymak dijo...

Comparto muchas de las cosas que dices,el viaje para comprobar la manera de sentir de ambos ha sido una maravilla. La elección de miniPeter y miniOlivia muy acertda.
Nos dejan una semana de parón para seguir comiéndonos las uñas.

bvalvarez dijo...

Muy buena entrada para resumir lo que estamos viendo. Los sentimientos son la base del hilo argumental de Fringe y ahora nos lo dejan en claro. Lo que comenta Satrian de la empatía ha quedado más patente que nunca para mí: he comprendido a Walternate perfectamente en este capítulo...

Ahora entendemos muchas coas de todos los personajes, sobre todo de Olivia...