(OjO SPOILERS HASTA EL CAP. 4.07 DE FRINGE)
El inicio de la cuarta temporada supuso una especie de “nuevo comienzo en la historia”. El hecho de que Peter fuese borrado de la línea temporal provocó un reseteo en las vidas de todos y aunque en apariencia, las cosas a gran escala poco habían cambiado, las diferencias seguían estando ahí. Así, en los primeros capítulos se nos presentó precisamente esa nueva situación en la que vimos como Walter, Astrid y Olivia seguían trabajando juntos, aunque no sean realmente los Walter, Astrid y Olivia que conocimos tres años atrás.
Una de las cosas que más me han gustado es que los personajes, aún con sus diferencias sutiles, siguen siendo muy emocionales y es precisamente esas emociones las que permiten que Peter siga entre ellos y es precisamente la conexión con Olivia la que provoca que se materialice Peter y deje de ser una imagen borrosa en la memoria de Walter y Olivia. Pero su vuelta no iba a ser fácil. Ahora se encuentra que sus seres queridos no lo aceptan y para ellos, Peter es un total desconocido. Incluso la confianza y la magia que les unía han desaparecido.
Ello es lo que provoca que Peter quiera volver a su línea temporal o a lo que él conoce de toda la vida, además unido a que siguen existiendo los dos mundos en colisión y que por tanto su intento de salvar la situación no ha servido. La trama de los dos universos (o mundos o líneas o no sé muy bien ahora como llamarlos) es la que menos han desarrollado y es el gran pero que le pongo a esta primera parte. Pero volviendo, a lo que hemos visto, cada vez estoy más convencida de que la línea que estamos viendo es la original y que todo lo que hemos visto anteriormente es el producto de las modificaciones que han provocado los observadores (básicamente, salvar a Peter). Claro que ello tiene aún muchos puntos flacos: ¿qué pinta de Other Side? ¿Es la alternativa, por decirlo de alguna manera, de la línea azul? ¿O de la ámbar? De todas maneras, Peter está tan convencido de que ahí no debe estar que no le importa hacer de celestina entre Lincoln y Olivia (comprándole unas gafas más atractivas, ¡qué monerrimo!). Ha sido un gran acierto por parte de los guionistas introducir a Lincoln, un personaje que nos ha ganado y además, no han forzado en ningún momento su tonteo con Olivia.
Por otro lado, durante estos primeros siete capítulos hemos visto como los cambia-formas siguen siendo una parte importante en relación al conflicto entre los dos universos. Así hemos visto como una de ellas pasa información a través de la máquina de escribir y el espejo, lo que hace pensar en que están compinchados con Walternate. Lo que ya no me queda tan claro es si esto tiene alguna relación con Nina, la cual no me ha despertado ninguna confianza en ninguna de los mundos que no hemos visto. Que ella fuera la que adoptase a Olivia y a su hermana tiene un oscuro lado y se demostró al final del último capítulo cuando vimos que le inyectaba algo a Olivia que volvía a sufrir intensas migrañas (¿O lo hace por su bien?).
En definitiva, me ha gustado esta primera parte de la cuarta temporada. Quizás han ido más lentos, aunque yo diría que han sido tan excesivamente sutiles que muchas cosas han pasado desapercibidas y seguramente tengan más importancia de la que creemos. Está claro que nos han dado todo con cuantagotas, pero una historia tan compleja hubiese sido difícil digerirla de otra manera. Ahora nos esperan cerca de dos meses de espera que a mí, una vez más, se me van a hacer insoportables.