jueves, 17 de mayo de 2012

La partida de Dios

(OjO Si no sabes cuál es la nueva caracterírtica del cortephixan, no sigas leyendo.
SPOILERS DE LA CUARTA TEMPORADA DE FRINGE)


Cuando comienza un juego, es necesario estar al tanto de lo que se ha hecho en otras partidas, en cómo son los jugadores, en cómo se pueden comportar... Pero también es necesario estar pendiente de las propias circunstancias del juego para saber rectificar estrategias y amoldarlas para obtener una victoria. Precisamente esta analogía es la que me sirve perfectamente para explicar la cuarta temporada de Fringe.

La nueva partida.

El final de la tercera temporada rompió el juego que conocíamos tan bien, para regalarnos con el comienzo de esta cuarta temporada otro nuevo juego, en el que las piezas eran las mismas, aunque con sutiles diferencias. Dicho de otra manera, todos los ajedreces tienen el rey, la reina, el alfil y los peones, pero sus piezas no son iguales (no es lo mismo un juego clásico que uno basado en una serie). Con ese desconcertante punto de partida, la consecuencia directa fue un duro distanciamiento en la primera parte que es la parte menos buena (no sabría si calificarla de mala) de la temporada. Ese inicio supuso principalmente una desaceleración del ritmo que llevabamos viendo hasta ahora y ese es in my opinion la apuesta más arriesgada, incluso fallo, que más se le puede achacar a esta cuarta temporada. No obstante, también es cierto que no sería justo tampoco compararla con los juegos vividos anteriormente ya que precisamente en ese cambio de partida era donde radicaba la magia del nuevo espectáculo. Ese volver a empezar implicaba no sólo un reseteo para ellos, sino también para nosotros (al menos en un principio) y por tanto, habría que verlo desde cero, pero yo soy la primera que me ha costado verlo así o quizás como luego diré, no hay que verlo así y tiene un fin bastante importante en relación con la profundidad de los personajes.


De todas formas, esa idea de que la cuarta no haya sido tan satisfactoria como anteriores deriva en mayor o menor medida de que no ha tenido una línea argumental tan clara a lo largo de 22 capítulos. Si la estrategia primera del reseteo no fue todo lo buena que podía esperar, también es preciso reconocer el cambio de estrategia. Una vez ya vuelto Peter, vuelven a tomar el rumbo, con casos con el "monstruo de la semana" interesantes y que con sutiles referencias nos iban acercando al final de la historia. Sí, es cierto, que en líneas generales no ha sido tan redonda como lo visto anteriormente, pero también es cierto que no ha sido tan nefasta y que yo he salido contenta con ella.

La partida con nuestras reglas y las suyas.

Es inevitable que cada uno ve las series aplicando sus propias reglas y que cuando estás no se respetan, el enfado suele ser mayúsculo. Cada uno de nosotros imagina cómo debe ser la serie para ser perfecta: si tiene que tener más mitología, más casos autoconclusivos, "más chicha y limoná"... Pero lo cierto, es que cuanto más reglas imponemos, más difícil suele ser el visionado. Además, el problema radica cuando nuestras chocan con las propias reglas de la serie y a más a más, con su rotura de reglas, su hacer trampas (que de alguna forma sigue siendo una regla). Yo soy la primera que pone muchas reglas y que también las incumple, por ello intento ver siempre a Fringe desde la perspectiva de no intentar imponer mi reglas, a sentarme y disfrutar con las suyas, especialmente con su rotura. Quizás esta posición ha hecho que no me sienta tan defraudada con la cuarta temporada como otros (ojo, no quiero decir en ningún momento que esta posición sea la verdad absoluta y que el resto esté equivocado; sólo que a mí me sirve para seguir disfrutando de la serie).

Todo este parrafon viene a colación de que he leído en muchos sitios que esta cuarta temporada  ha sido tramposa, que ha roto con las reglas que han ido marcando en las tres temporadas anteriores. La verdad es  que sigo sin entender muy bien estos argumentos. Desde sus inicios, el cortephixan al igual que los viajes en el tiempo/ universos han servido como excusa para resolver la mayoría de casos por eso que ahora los poderes y posterior resurreción de Olivia se diga que es algo sacado de la manga no me parece que sea así. De todas formas, creo que este tipo de series, las de ciencia ficción que tienen una mitología tan acusada, no es posible obtener una conclusión hasta el final de la misma (y teniendo presentes otras circunstancias habidas como cancelaciones y demás). Por ello, que se acorde o no con la mitología, que tenga sentido todo lo que nos están contando, me lo reservo dentro de 13 episodios.

La partida de Walter.

Siempre he pensado que la partida era entre dos mundos en colisión, pero estaba algo distraída, porque tras finalizar la cuarta temporada, puedo confirmar que se trata de Walter y de sí mismo, que jugando a ser Dios ha ido creado partidas muy diferentes a lo largo de los últimos cuatro años y en las que tanto Peter, Olivia y compañía como nosotros eramos meras piezas en un tablero que no estaba del todo dibujado. Sea el Walter de la línea roja o ámbar, al final es él el que tiene la última palabra y que para bien o mal, se debe confiar en ella. En cada una de las temporadas, hemos visto como Walter era quien realmente iba marcando el ritmo de ir sabiendo los acontecimientos como que el cortexiphan tiene múltiples posibilidades. Él es realmente el artífice de toda la historia. Lo que él piensa, hace y siente es lo que da sentido a todo lo que estamos viendo. Es interesante ver cómo a pesar de la muerte de Peter en los dos universos (y es en esto la única explicación que le encuentro a esos primeros capítulos), Walter siguió queriendo jugar a ser Dios, a crear máquinas imposibles, pero lo que no se puede pretender es dejar tirado el juego y no recogerlo. Por ello, al final September siempre vuelve a él, a lo que ha hecho para advertirle de las consecuencias que ello va a tener. Y de ahí el arranque de la cuarta temporada, que ayudó a profundizar más en él. Walter es el corazón de Fringe y poder seguir reflexionando sobre él en su conjunto, comparándolo con los de las otras líneas y viendo que la esencia del personaje no cambia a pesar de las circunstancias, sigue siendo un auténtico placer.

La partida de Olivia.

Si el juego era de Walter, la pieza fundamental, el alfil o el centrocampista, es Olivia, por mucho que durante algún tiempo nos hiciesen creer que era Peter la clave de todo. Olivia es ese jugador que todo equipo quiere tener, ese jugador que tanto sabe defender como marcar un gol. En esta cuarta temporada hemos seguido profundizando en ella (y en las dotes interpretativas de Anna Torv). Mientras en la primera parte, vimos una Olivia diferente, "feliz", luego ella misma sufrió un cambio importante con su enamoramiento hacia Peter y la vuelta de sus recuerdos para finalmente, convertirse en una supermujer con habilidades extraordinarias. Por mucho que Walter considere que los poderes de su particular Frankestein no son tan fuertes, lo cierto es que lo son y además, se escapan de sus manos (lo cual supongo que no será de su agrado). Olivia ha superado al maestro y será ella la llave en el enfrentamiento con los Observadores, ya lo han dicho ellos. Lo que habrá que ver es si ella debe morir. 

La partida de las emociones.

Desde que comenzó Fringe, con aquella tan diferente primera temporada, la emociones han servido de base para explicarnos absolutamente todo, desde los casos más extraordinarios hasta la mitología de la serie por lo que el punto de inflexión de esta cuarta temporada iba ser una emoción y como ya ocurrió con Once Upon a Time y como si se tratase de un cuento clásico con toques de ciencia ficción, las emociones son las que mueven el mundo. El amor paternofilial y romántico es la base de nuestra existencia y la de Peter, que gracias a Walter y Olivia fue la causa de su vuelta. Este pilar ha resultado fundamental en todo el recorrido de la serie. La importancia de la familia ha sido la constante así que me alegra profundamente que no hayan cambiado por una explicación más científica. El amor familiar ha sido tan importante en esta cuarta temporada que ni la desaparición de un personaje puede romperlo.

La partida se está acabando.

El final de la cuarta temporada tiene ese aire de final de serie, que durante mucho tiempo ha sobrevolado y que seamos sinceros, es lo que más le ha perjudicado, especialmente en esta cuarta temporada. Es difícil desarrollar un proyecto cuando la espada de Damocles está encima tuyo constantemente, por eso el resultado es más que satisfactorio. Por esta razón, se han cerrado algunas tramas (según creemos claro, que con esta serie no te puedes confiar), pero han dejado la puerta abierta a otras cuestiones con la frase "los otros están viniendo", queriendo quizás hacer referencia a otros observadores, que sigue siendo la cuestión más misteriosa de toda la serie y a pesar del cariño que hayamos podido cogerle a September, lo cierto es que siempre han sido los "malos".

Efectivamente no ha tenido el impacto de otras season finale, pero no sé si en el punto que estamos sería realmente lo mejor. Cada una de las finales anteriores (Olivia en el universo parelelo -1-, Olivia encerrada en ése y Olivianate en el universo rojo -2- y la desaparición de Peter -3-) tenían un por qué y una motivación que lo llevaba a la siguiente temporada. Pero una vez que sabemos que sólo quedan otros 13 episodios más, las cuestiones clave que han jugado a lo largo de estos cuatro años saltan al campo con más ganas que nunca y son esas las que tanto se demandan las que deben ser las protagonistas y más si pensamos en el capítulo 19 de esta temporada, un capítulo desconcertante y que habrá que ver qué repercusión tiene este final respecto a ese futuro.

Con sus aciertos y fallos, llegamos ya al final de la liga. Mientras he disfrutado de una cuarta temporada que aunque no ha ganado por goleada, como ocurrió con la tercera, lo cierto que esta partida, para mí si la ha ganado. Sólo espero que en esa quinta temporada salga una vez más victoriosa.

PD. Tengo muchísima curiosidad por saber cuál era el otro final de esta temporada, pero prefiero olvidarme de él hasta terminar la 5. Espero y deseo que no lo saquen hasta entonces.

1 comentario:

bvalvarez dijo...

Buena review y buenas metáforas. Creo que yo me encuentro en un punto medio respecto a esta cuarta temporada, ni indignación ni absoluta aprobación. A ver si me explico.

Creo, como tú, que es muy loable que se asuman riesgos. Y ellos, con ese cliffhangerazo de la tercera, lo hicieron. Y mucho.

Para mí, el problema estuvo en cómo se desarrolló la historia después, no porque fuera incoherente o machacona, sino porque (aquí voy un poco en la línea de Nahum, de Diamantes en serie) nos "desconectaron" de los personajes que habíamos conocido durante tres años.

Para mí, eso lastró la temporada. A Fringe me acerqué por las emociones y por las emociones me perdió en ese tramo concreto. A partir del capítulo 10 más o menos creo que empezó a mejorar y eso me permitió acercarme de nuevo a ella.

En cuanto al resultado de la temporada en sí, estoy contigo en que es más que posible que lo que hemos visto ha estado muy condicionado por la "espada de Damocles" de la cancelación. Es más, casi diría que si se llega a saber que hay renovación segura no hubiésemos visto el cierre del puente entre universos, por ejemplo. Pero ante la duda ellos tenían que preparar su cierre. Creo que esto es extensible al tema de la línea argumental, de hecho. Es posible que esa irregularidad se haya debido a eso.

Y (ya acabo) llego a la finale. Aquí creo que volvemos a encontrar el eterno problema de la expectativa combinado con el del cierre. Realmente creo que si la season finale no se hubiera concebido como series finale no habríamos visto muchas de las "trampas" que se han criticado estos días. Del mismo modo, si nosotros hubiéramos sabido que se trataba de una series finale y no de una season finales, posiblemente analizaríamos lo que ocurre en esos dos capítulos de otra forma.

Lo peor del capítulo final creo que fue, como ya comenté en el blog, su previsiblidad. Y el cliffhanger, que se quedó en nada.

De todos modos, que esta temporada haya sido inferior a las anteriores simplemente es una muestra de lo buenas que habían sido las previas.

Menudo rollo he metidooooo... Besos!