viernes, 4 de mayo de 2012

Un buen matrimonio divide las penas y multiplica las alegrías

(OjO Spoilers de la tercera temporada de The Good Wife)

Todos los matrimonios, los reales y los seriéfilos (y aquí todos somos polígamos), pasan por diferentes etapas: el flechazo, el enamoramiento, el estancamiento, el aburrimiento, el reenamoramiento... Y el mío con The Good Wife ha cumplido perfectamente con cada una de las etapas. Si con la primera y con la segunda, viví el flechazo, las mariposas en el estómago, la felicidad de encontrarse con ella en cada cita... poco después tomamos el camino del estancamiento en esta tercera temporada, incluso, cual Peter, tuve tonteos con otras, prestándole menos atención.  Pero es entonces cuando ves o recuerdas una imagen, una frase, una sentencia... o un ascensor que te hace olvidar absolutamente todo lo malo que hubiese podido ocurrir y te vuelves a enamorar como el primer día. 

Uno de los motivos por los que en esta tercera temporada el aburrimiento empezase a asomar la nariz eran los casos, que para mí como buena aficionada a las series de abogados me fijo mucho en ellos. Hubo algunos muy interesantes; sin embargo, otros no tenían la brillantez de los anteriores. Por otro lado, creo que han estado algo perdidos a la hora de plasmar mejor los problemas del bufete, aunque la inhabilitación de Will se desdibujó al final mucho (si bien es cierto que nos regalaron grandes momentos) ya que no fue  ese huracán que iba a arrasar en el bufete (no así en el plano personal que si tuvo importantes consecuencias).


Pero otro de los motivos ha sido la propia Alicia Florrick porque inexplicablemente le estaba empezando a coger una gran manía. Durante los primeros episodios, su relación con Will centralizó toda la atención, pero eso pronto se acabó para dar lugar a una relación, in my opinion, muy tensa entre los dos y con el resto de personajes, en especial con Diane en ciertos momentos. Con el otro vértice del triángulo, Peter, no tiene tantas tiranteces y las pocas que existen realmente provienen de la suegra. Si con Will se ha distanciado, con Peter se ha acercado no sé si con el sólo con el pretexto de apoyarlo en su carrera política o porque realmente echa de menos esa aura familiar. Pero de una forma u otra, al final, aunque exactamente no sea la misma persona, no olvidemos que sigue siendo "una buena esposa". Por ello, estas idas y venidas en el personaje provocaron mi malestar en ciertos momentos ya que el poster de la tercera evocaban a una mujer totalmente distinta, más desatada; sin embargo, se quedó en un quiero, pero no puedo. Cuando la epicentro de la serie entra en esa espiral de manía es mala señal, salvo que seas por supuesto The Good Wife en la que el elenco de coprotagonistas y secundarios es tan perfecto que suple o complementa lo primero. Por es,o este motivo es el de menor valía y reflexionando todo era fruto del acaloramiento del momento.

Pero Alicia, además o pese a ser "una buena esposa", es buena amiga. Era de esperar que la traición de Kalinda (no haberle contado que se acostó con su marido) iba a ser lo suficientemente fuerte para romper la amistad, si bien la confianza y el amor aún iban a ser más fuertes para reconstruirla. Así, poco a poco, con gestos, miradas complices, sonrisas se ha ido fraguando una nueva amistad cuyo último empujón lo ha provocado un cheque que nos ha hecho descubrir algo más de Kalinda. Porque si de algún cliffhanger podemos hablar es precisamente el de ella. Vuelve a la palestra ese peligroso marido que provocó que ella se construyese una nueva identidad y que seguro dará que hablar en el futuro.

Al margen de esto, es indudable que ha habido grandes aciertos. Uno, Eli Gold. Confieso que al principio temía su presencia en el buffet y más cuando Peter ya no lo necesitaba en campaña; sin embargo, uno de los grandes aciertos ha sido no quemarlo haciéndole protagonista de una trama mayor, sino convertirlo en compañero del resto de las tramas, y a la vez dandonos detalles de su vida privada (su hija, su ex-mujer, sus relaciones anteriores). Dos, seguir introduciendo personajes secundarios relevantes (Jason Biggs, Mathew Perry) o recuperar otros, especialmente dos que han dado una lección perfecta en el último capítulo en muchos niveles (Michael J.Fox, Martha Plimpton). Tres, seguir prestando atención al resto de personajes. Es indudable que Diane es el pilar en el que se sustenta todo el bufete, y Cary, que se ha revelado como un excelente abogado y que ha aprendido mucho de su paso por la fiscalía, lo cual repercutirá favorablemente en su nueva andadura en el despacho.


Los últimos capítulos me han vuelto ha conquistar así que no engaño a nadie si digo que sigo muy enamorada de The Good Wife. Durante sus 40 minutos, se van las penas y se multiplican sin duda todas las alegrías. En cuanto al final (e irremediablemente se me evoca Fringe en este momento), ha optado por reiventarse, por regenerarse. En cierta manera, ha vuelto al origen en cuanto a escenario, pero no en cuanto al alma de los personajes: Alicia apoyando a Peter, Cary al bufete, la misteriosa vida de Kalinda... Pero todos y cada uno de ellos no son los mismos, han evolucionado, han madurado y en consecuencia, ya no afrontarán los mismos problemas de la misma manera. O igual sí. Será interesante ver en la cuarta temporada si realmente sus reacciones y comportamientos son los mismos ("el hombre es un animal de costumbres") o por si contra, han mudado de piel.  

2 comentarios:

satrian dijo...

Hay muchas razones implicadas en este nuevo acercamiento de Alicia a Peter veremos en que queda todo, porque ha dejado claro que no se arrepiente de lo que sucedió con Will, y siempre va a ser una espinita clavada.

bvalvarez dijo...

Me ha encantado tu párrafo final, abogada :-)

Coincido contigo en muchas cosas pero sobre todo en una que no es fácil confesar. Hubo momentos de la temporada en que le cogí un poco de manía a Alicia... aunque afortunadamente ya han pasado. Cada vez la veo más pragmática a la tía...

Y de la que soy fan a más no poder es de Diane. Es mi ídolo.